Pienso, en estos días, sobre la gente que vive con una cómoda butaca en un despacho mientras otros muchos nos dejamos la piel en un aula (otros no, pero ¡ellos se lo pierden!) y sobre cómo esa gente que vive calentita se atreve a darnos lecciones a los que sí sabemos lo que es pelear, los que sí sabemos lo que es una PDI porque nos hemos pasado unas cuantas horas tratando de entender qué es "esa cosa". Y, para colmo, esa gente que vive inmersa en una realidad lejana y paralela tiene la jeta de no permitir a gente que vale, y vale mucho, dar un curso por si piensan que él también ha entrado por enchufe.
Lo llaman, creo, el mundo al revés.
(Y no intentéis entenderlo)
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