sábado, 31 de diciembre de 2011

Felicitación de Año

Pueden seguir intentando robarnos lo que tenemos, lo que hemos conseguido con la lucha de muchos que se jugaron el pellejo porque estemos donde estamos. Pueden seguir tratando de quitarnos la ilusión, pero no, esta vez no. Somos más, somos legión. Y tenemos sueños y ganas de luchar por ellos.

Va a ser un año especial en el que tendremos que continuar moviendo no sólo conciencias, también el culo. Seguiremos, lo tengo claro. No podemos permitirnos no luchar. No podemos permitirnos perder la sonrisa, la esperanza, dejar un mundo peor. No.

Así que hoy, con cada campanada, irá un propósito:

  1.   Sonreír
  2.   Mantener la esperanza
  3.   Mantenerme atenta
  4.   Los demás
  5.   Los míos
  6.   Ilusionarme
  7.   Luchar
  8.   Creer
  9.   Abrazar
  10.   Amar
  11.   Disfrutar
  12.   Soñar

Da igual si no como las uvas. Lo importante será no olvidar esta lista.

Ojalá todos seáis felices. Si no, ojalá siempre encontréis alguien en quien sosteneros.

Un abrazo.

jueves, 29 de diciembre de 2011

No les queremos (autocrítica)

El otro día, durante la cena de Navidad, estuve hablando con el primo de mi chico sobre cosas muy terrenales que nada tenían que ver con el nacimiento del Niño. Estuvimos hablando de política, de los intereses individuales dentro de ese mundo que, en mi opinión, por esos mismos intereses no nos hace la vida más fácil. Hablamos del 15M, que sí sigue funcionando en Palencia con sus más y sus menos. Y, sobre todo, hablamos de educación. De la educación como yo la entiendo: llena de utopía.

Siempre he dicho que soy maestra porque quiero cambiar el mundo, por eso la utopía, pero como maestra tengo los pies en la tierra y procuro mantener la conciencia crítica. Por ello, me vi poniendo nombre a cosas que me rondan la cabeza desde hace tiempo: cómo somos en los coles. Es curioso cómo no se te pregunta cuando llegas qué se te da mejor, con qué chavales vas a hacer mejor labor. Es curioso cómo lo que sí se te pregunta es los puntos que tienes para ver "en qué orden pides". Es curioso ver cómo la gente que lleva más años en el centro se pide "los cursos cómodos" (segundo ciclo según dicen es el mejor. Yo no lo sé, no he pisado esa clase más que como especialista en mis 8 años de docencia). Es curioso, por tanto, cómo en muchos casos l@s maestr@s hablamos de calidad en la educación cuando nosotr@s mism@s no trabajamos por ella en lo que sí podemos.


Pasamos después al problema en la ESO. Según este chico, muchos abogados frustrados, muchos historiadores, físicos, matemáticos frustrados, están ahí, pasando sus ratos "enseñando" a adolescentes. Y sí, es cierto que hay mucha gente con una preparación acojonante en algunas áreas pero completamente incapaces de ponerse al frente de un aula lleno de muchach@s con unas necesidades muy específicas. Está claro que sí, que hay, también, falta de vocación en las aulas de secundaria, pero no sólo eso. Para mí (que sólo he dado clase en secundaria dos años y dentro de un colegio en el que estaba el primer ciclo de ESO) creo que hay un problema de base: l@s chic@s no importan. Importan las materias, los números, el comportamiento... pero no importan ell@s, ni lo que sienten ni lo que piensan. Y así, los profesor@s reciben lo que dan: nada. No les quieren. Y lo triste es que tienen una hija adolescente, en 3º de la ESO, que estaba cenando allí. Le pregunté a cuántos de sus profes cree que le importa y dijo que a ninguno. La siguiente pregunta fue que cuántos se preocupan por ell@s y la respuesta fue la misma: ninguno. ¡NINGUNO! L@s chaval@s piensan que no les quieren, que no les importan más que para rellenar estadísticas (palabras textuales).

Y, ¿todavía nos preguntamos qué va mal? Quizá un poco de reflexión no nos venía mal...

domingo, 18 de diciembre de 2011

Evaluando (poniendo notas, mejor dicho)

Y es que evaluar no es poner notas. No es meter a un niño en una cuadrícula (no caben, es imposible. Y mira que los estrujamos...). Poner notas es la tortura a la que nos enfrentamos los maestr@s cuando llega el final de trimestre y es el momento en el que las familias nos evalúan a nosotros. Y yo no sé trabajar así. Poner las notas me supone un esfuerzo casi titánico y tardo muchas horas (y sólo tengo 10 peques) y es que por mucho que intente resumir las capacidades, lo que saben, su actitud ante la vida, el aprendizaje, los conflictos... no puedo. Son cuadrículas pequeñas, enanas. Ahí no cabe todo lo que son, lo que sienten, cómo se comportan. Y eso también es aprendizaje, y ¡del bueno!

Así que con mis notas va un folio en el que explico cómo veo al niño, cómo se comporta, cómo se relaciona, en qué es bueno, qué le cuesta un poco más... Y, si pudiera, sólo daría eso. Pero nos obligan a una información trimestral a las familias que aplaste un poco las ganas de volar de esos peques que tenemos alrededor.

Qué poco me gusta poner notas...

jueves, 8 de diciembre de 2011

Entrada "personal"

Hace ya tiempo que no escribo. Pasó la euforia de "los viajes de Primi" y su organización (aunque la alegría sigue llegando en forma de carta a mi clase de vez en cuando) y vino una época complicada: terminar la mudanza, centrar mis ideas y mi vida de nuevo, coger el ritmo de los peques que ya llevaban un mes en clase cuando yo me incorporé, ponerles "a mi-su-nuestro aire"... Además comenzó mi enfado perenne con las instituciones del pueblo donde trabajo por apagarnos la calefacción a las 13h cuando estamos hasta las 18h (parece que se va arreglando, ya la apaga a has 14'30 y los del comedor, si comen con frío, que se joroben) así que, como no tenía nada bonito que decir estaba mejor calladita. Y todo se mezcló con los eternos problemillas de salud de mi sobri pequeño, que me tienen con el corazón encogido día y noche.

Además este blog ha dejado de ser "mi principal objetivo", ahora (porque quiero que salga, y salga bien) estoy más centrada en el blog que tengo con mis peques: laclasedelasabejas.blogspot.com

No quiero que suene a excusa (tampoco la necesito) pero me apetecía darme las razones para volver. Estoy segura de que, a partir de aquí, las encontraré.