domingo, 18 de diciembre de 2011

Evaluando (poniendo notas, mejor dicho)

Y es que evaluar no es poner notas. No es meter a un niño en una cuadrícula (no caben, es imposible. Y mira que los estrujamos...). Poner notas es la tortura a la que nos enfrentamos los maestr@s cuando llega el final de trimestre y es el momento en el que las familias nos evalúan a nosotros. Y yo no sé trabajar así. Poner las notas me supone un esfuerzo casi titánico y tardo muchas horas (y sólo tengo 10 peques) y es que por mucho que intente resumir las capacidades, lo que saben, su actitud ante la vida, el aprendizaje, los conflictos... no puedo. Son cuadrículas pequeñas, enanas. Ahí no cabe todo lo que son, lo que sienten, cómo se comportan. Y eso también es aprendizaje, y ¡del bueno!

Así que con mis notas va un folio en el que explico cómo veo al niño, cómo se comporta, cómo se relaciona, en qué es bueno, qué le cuesta un poco más... Y, si pudiera, sólo daría eso. Pero nos obligan a una información trimestral a las familias que aplaste un poco las ganas de volar de esos peques que tenemos alrededor.

Qué poco me gusta poner notas...

7 comentarios:

  1. Hace unos años cuando las notas era PA o NM yo ya decidí que todas las niñas y niños de mi aula Progresaban Adecuadamente.
    Ahora que estoy a punto de volver al aula me voy a encontrar con la antigua costumbre de poner nota numérica, estoy segura que todas mis niñas y niños pasarán con creces el 5, casi podría asegurar sin conocerlas que serán criaturas notables o sobresalientes.
    Otra cosa es ese folio (que yo reconozco también como propio) en el que van sobre todo pequeños consejos para ayudar a que esas niñas y esos niños sean si cabe un poco mejores

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  2. No eres tú la única que piensa así. Después de muchos años en secundaria estoy convencido que las notas no sirven, tal y como se plantean, para mejorar el trabajo de los alumnos.

    Evaluar no es calificar, es reflexionar sobre la actividad docente para mejorarla y mejorar los aprendizajes de los alumnos.

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  3. Carmenca: gracias como siempre por compartir aquí conmigo. Tienes razón, es tristísimo tener que reducir a un niño (una persona) a una nota. ¿En qué se la pones? ¿Y si en dar abrazos es el mejor pero no se le dan bien los problemas? Ese sí es un problema...

    Y tú, Juan... gracias también como siempre por estar. Ya sabes que pienso como tú: ojalá la evaluación fuese como tú dices: una reflexión. Me temo que, para muchos, es un simple trámite (triste trámite)

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  4. La verdad es que estamos tan acostumbrados a la calificación, a la etiqueta, pero siempre para que nos digan o para que digamos lo que está mal, lo que falta, señalar cual es la "dificultad". En nuestro centro hacemos informes en los que resumimos los avances positivos que ha tenido el niño, de forma descriptiva, y hacemos un par de recomendaciones. Pues sorprende mucho, la cantidad de padres que insisten en que les digas la cantidad de retraso que llevan sus hijos con respecto a la "normalidad", la de veces que preguntan que es lo que no hacen.
    Me parecen muy positivas iniciativas como la tuya (vuestra) que ven mas allá del número o etiqueta, y a su vez hacéis que los padres también lo vean.
    Muchas gracias por tu reflexión. Un besote

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  5. Gracias por escribir aquí, Dragonfly ;)

    Es verdad: siempre ponemos el ojo en lo negativo, buscando los fallos en lugar de disfrutar de lo positivo, de las cositas que sí hacemos bien. Esa es una de las razones, creo yo, de tantísimas depresiones: no somos capaces de ver lo positivo en los demás y en nosotros mismos. Y, claro, tanto buscar cosas feas se nos oscurece la mirada.

    Un beso grande (mientras espero tu próximo post)

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  6. Hola Cristina. Cuanta razón tienes. A mí me ha sorprendido gratamente que en las notas de mi hijo, que ya está en 6º, por primera vez aparecen comentarios. En concreto 6 líneas de comentarios, en un apartado que siempre aparecía vacío, algunos muy interesantes más allá de las notas.. Y fue muy interesante que el día que nos reunimos con él, en una tutoría de padres, al final nos dió un folio escrito por las dos caras con un informe detallado en el que se recogían muchos aspectos de la vida del niño en el centro.
    Me resultó por lo novedoso. Me llamó también la atención que muchas veces nos quejamos por las cosas que tenemos que hacer, como esta de poner las notas, pero obviamos que tenemos mucho campo libre para añadir y complementar ese tipo de informaciones y valoraciones que damos mediante los boletines de notas y partes de faltas.

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  7. Hola Javier. Yo entiendo que cada uno tiene siempre mil cosas que hacer, pero no podemos pasar por encima de la obviedad de que aquello con lo que nosotros trabajamos no es una máquina que se apaga. Son niños. Y no caben en una cuadrícula.

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