Cuando llega un fin de año la televisión y los periódicos se llenan de miradas atrás, de gente que da su opinión sobre lo más importante que ha pasado a lo largo de todo el año. Yo no tengo esa memoria, seguro que olvido mil cosas que, en ese momento, marcaron mi existir. Si a pesar de eso me pongo burra y me empeño en revisar este 2012, desde lo personal pienso en Javi y en mi familia (punto y aparte merece) y en los amigos con los que he ido compartiendo el día a día (o largas llamadas de teléfono), desde lo profesional pienso en mis abejitas, especiales por ser ellas y porque me han enseñado otra forma de hacer las cosas y, ahora, en mis mochuelos, tan llenos ellos de ilusión y de ganas de comerse el mundo y, desde lo social, basta con decir que el año es este en el que se han empeñado en cargarse todo lo que había, aunque fuese bueno (muy bueno).
Pero, como decía, el punto y aparte se lo tengo que poner al a familia: no a Javi, no a mis padres y no a mi hermana, pero sí al sobri pequeño que nos regala ilusiones, alegrías pero también, nos llena de incertidumbres. Habrá que acostumbrarse a no vivir sobre una balsa de aceite, tendremos que acostumbrarnos a pensar que la vida, a veces, pasa por "otros sitios" que te hacen mover del tuyo. Nosotros bailaremos a su son, cambiaremos el asiento tantas veces como haga falta, porque, eso sí, 2013 será lo que sea, pero nosotros, todos, seguiremos sujetándole para que no nos lleve la corriente.
Para empezar el año os deseo lo mejor, os deseo un Dios (si creéis) que cumpla con su trato y nos haga el mundo más llevadero, os deseo una vida que os llene de ilusión, os deseo un trabajo que os permita vivir, os deseo salud para disfrutar vuestra vida, os deseo alegría para poder seguir luchando y os deseo que nada os quite las ganas de seguir viendo el futuro.
Mientras escribo esto tengo una canción en mente, os la dejo. Defendamos la alegría.
Feliz 2013