Hay una parte del Evangelio donde dicen que "lo que os ha sido dado gratis, dadlo gratis". Y añadiría yo: "pero dadlo".
Me siento parte de una historia muy grande, de un cambio metodológico que cambiará (lo hará) el rumbo de la escuela y me apetece compartir lo que pienso, hablar, crecer, mirar, aprender... Y no necesito que nadie me pague nada.
Vienen tiempos duros para la lírica, decía la canción, pues ahora también se suma la escuela y la sanidad: no hay un duro (y si los hay no son para nosotros, claramente) y si hay que dar formación habrá que darla gratis. Y sí, sigo siendo creyente y pienso llevar el mensaje del Evangelio: lo que se os ha dado gratis, dadlo gratis.
Mis abejitas no son gratis: son un regalo para mí. Me han ayudado a mejorar, a cambiar, a abrir mi mundo, a abrir mi clase, a abrir mi mente, a abrir la escuela.
Suscribo tus palabras Cris, nuestro alumnado (al menos para mi también) es nuestra razón de ser. No concibo un docente (realmente docente, no un mero transmisor de conocimientos) que no sienta como se le revuelven las entrañas por el desprecio que, por parte de los políticos, muestran por servicios esenciales como la sanidad y la educación y que son la esencia de la solidaridad y razón de ser de la sociedad.
ResponderEliminarVivimos malos tiempos sí, pero aun luchando con todas nuestras fuerzas no podemos bajar un ápice la calidad de nuestro trabajo.
Un abrazo
Bajar la calidad? Vamos, ni de broma. Además sería tirar piedras contra nuestro propio tejado. Siempre he dicho que soy maestra porque quiero cambiar el mundo, por eso estudié magisterio. Y no me perdonaría no intentarlo... Así que juntos en esta tarea.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Un abrazo fuerte