He decidido dejar la corrección y "lo que no debo decir" para otro momento y otros lugares.
Hay "guruses" en esto de la educación que están por encima del bien, del mal y de los pobrecillos mortales. No sé qué se piensan que han hecho ni quiénes se piensan que son, pero ya no son épocas de realezas ni de caballeros andantes, aunque con tanta vuelta atrás nunca se sabe. Es época de profesionalidad, de ganarse cada día el respeto en un aula luchando por unos alumnos y una educación que está en peligro. Es momento de compartir, luchar y remar todos en el mismo barco, pero no es el momento de intentar brillar por encima de nadie. Hacen falta faros, no negreros.
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